Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 109
De la gran tristeza que Monteçuma tenía de aber llegado nabíos al puerto de San Juan de Lúa o Beracruz y gente española en ella, y como bió a que le sacasen de la carcárçel al mensajero de Mictlancuauhtlan, y no le hallaronA cabo de gran rrato habló, dixo: "Bos sois prençipal de los de mi casa y palaçio. No puedo dar más fee ni crédito a persona más que a bos, porque me tratáis la berdad cada día. Yd agora bos y el mayordomo y traedme al que está preso en la cárçel que bino por mensajero de la costa". Ydos por él a la cárçel adonde estaua entapiado, fueron y abriendo las puertas, no le hallaron adonde le abían puesto, de que quedaron admirados y espantados. Fuéronlo a dezir a Monteçuma, de que quedó más espantado y admirado: "Es, en fin, de la costa natural, que casi todos son ningrománticos. Pues, mirá lo q os mado, con pena que si alguna cosa descubriéredes de lo que os digo, debaxo de mi estrado os tengo de terrar y morirán ura muger y hijos y despoxarán todos uros bienes y desharán ura casa hasta los postreros çimientos y salga agua de ellos y asimismo morirán uros deudos y parientes. Traedme secretamente plateros muy buenos, ofiçiales de obra prima y dos lapidarios de los buenos gastadores de esmeraldas". Díxole: "Señor, aquí están, los ofiçiales que mandastes están aquí". "Hazedlos trar acá". Díxoles: "Bení acá, padres míos. Abéis de sauer que os bié a llamar para que hagáis çierta obra. Y mirá que no lo descubráis a hijo de madre, so pena de las graues penas de hasta los çimientos de casas y bienes y muertes, ura y de muger y hijos y parientes an de morir. Mirá que abéis de hazer cada uno de los dos sendas obras y se an de hazer delante de mí, aquí, secretamente, en este palaçio adonde [155v] agora estamos. Ase de hazer luego un ahogadero o cadena de oro, de a quatro dedos cada eslauón, muy delgado, y a de lleuar estas pieças y medallas, en medio unas esmeraldas rricas y a los lados como manera de çarçillos, de dos en dos. Y luego se hará unas muñequeras de oro y su cadena de oro colgando dél. Y esto con toda la breuedad del mundo". A los otros ofiçiales les mandó hazer dos amoxqueadores grandes de rrica plumería y en medio una media luna de oro y de la otra parte el sol, muy bien bruñido el oro, que rrelunbre lexos, y dos braçaletes de oro con mui rrica plumería. Y a los lapidarios les mandó hazer a cada, dos muñequeras de dos manos y de dos pies de oro, engastado en medio rricas esmeraldas. E mandó al mayordomo (Petlacalcatl) que truxese luego secretamente mucho oro que estauan en cañutos y mucha plumería rrica y de la menuda, la más suprema de las aues, tlauhquechol y tzinitzcan, çacuan y muchas esmeraldas y otras piedras rricas de muy gran balor. Todo lo qual dieron a los ofiçiales y en pocos días fue acabada toda la obra. Y una mañana, que se leuantó Monteçuma biaron a uno de los corcobados a rrogar al rrey Monteçuma se llegase al aposento de los ofiçiales. trado, después de le aber hecho todos gran rreuerençia, le dixeron: "Señor nro, la obra toda está de todo punto acabada. Beislo aquí, señor". Paresçióle muy bien de todo lo hecho el Monteçuma, díxoles que estaua muy bien hecho y a su contento y plazer. Hizo llamar a Petlacalcatl, su rreal mayordomo, díxole: "A cada uno de estos mis abuelos daldes, a cada, carga de mantas de las de a diez braças y de a ocho y de a quatro y mantas rricas, pañetes, hueipiles, naguas para mis abuelas, maíz, chile, pepita, algodón, frisol, cada uno ygualmente". Y con esto, se fueron muy contentos los ofiçiales a sus casas. Llamó a Tlilamcalqui, díxole: "Ya está acabado lo que abéis de lleuar y es que os abéis de partir a dar este presente a los que son agora benidos, que tiendo que el dios que aguardamos Quetzalcoatl, porque los biexos de Tulan tienen por muy çierto que les dexó dho su dios Quetzalcoatl que abía de boluer a rreynar en Tula toda la comarca de este mundo y que quando se yba lleuaua y yba dexando, que yban tras dél los montes, los rríos, los mineros de oro y piedras preçiosas, que oy las tenemos y gozamos. Y pues se tiene por çierto a de boluer, éste que agora bino deue de beer, pues dexó dho Tula que todo abía cunplimiento de sus tesoros de todo género en este mundo y que abía de boluer de onde yba al çielo a ber al otro dios, que es llamado el lugar yba y fue Tlapalam, que fue por la mar arriba; y, en efecto, deue de auer buelto a gozar lo que es suyo, que este trono silla y magestad suyo es, que de prestado lo tengo como tal su tiniente. Yréis a Cuextlan y diréis a Pinotetl luego mande hazer todo género de comidas, tamales muy bien hechos, bayan calientes, tortillas comunes y con frisol y rredondos como gordas baras, y todo género de abes cozidas, asadas, codornizes, benados baruacoa, conejos, todo género de chilmole y quilites cozidos de muchos géneros y frutas, como son plátanos, anonas, güeyabas, chayotes. Y si biéredes que comen de todo género de esto, berdaderamente es el que aguardamos Quetzalcoatl. [156r] Y biendo que todo esto no quieren comer, en esto beremos que no es él. Y si quisiere carne humana y os comiere, mucho de norabuena, que yo tomo a mi guarda, cargo y amparo de buestra casa, muger, hijos, para sienpre. No dudéis de ello. Y si, como digo, fuere él, que por estas señas le beréis, bestilde y adornalde de todas las preseas que lleuaréis y a la postre le presentaréis las pieças acabada de oro y pedrería y de plumería, le rruego y suplico humildemente benga a gozar su silla y trono que le tengo en guarda como su tiniente. Luego de mañana os podéis partir y lleuaréis consigo a Cuitlalpitoc. Y si allá lo comierem, para eso fue conprado como esclauo, que es que os torno a rretificar, si os susçediere lo contrario, yo les señalo dos mayordomos a uros hijos, de dos pueblos, para que dello coman y bistan para siempre jamás. E yrán otros quatro mexicanos maçehuales con bos, que lleuen cargado lo que abéis de lleuar". Otro día de mañana partieron con la breuedad posible, caminando de día y de noche. Llegados a Cuetlaxtlan, hablan con Pinotetl sobre luego se hiziesen doze o quinze cargas de todo género de comidas y guisados, con sus ollas y chiquibites nueuos, galanos, muchas gallinas asadas, cozidas, güebos y pescado y todo género de fruta. Cargáronlo a media noche. Quando bino amanesçer estauan a las orillas de la mar con todo lo que abían traído y dixo a los tamemes se boluiesen todos saluo uno y Cuitlalpitoc. Y como salio el sol estauan mirando a las naos, y los marineros dixéronlo al capitán como tres yndios dauan de mano y llamauan. Luego mandó el capitán hechar el batel y saltaron tres o quatro de ellos y a poco rrato llegaron adonde ellos estauan preguntandoles que quién eran, de dónde eran, y los mexicanos, como no tendían sino con señas hazían, les lleuasen a donde está el señor de ellos, que le quieren beer y dar todo aquello. Y así, començaron a meter la balsa todas las comidas y lo que lleuauan y, barcados, llegaron a la capitana, a donde estaua un estandarte rreal, y el Tlilancalqui estubo atento mirando el estandarte, lo que en él estaua figurado. Y todos los nabíos estauan mirando las conpuertas los españoles la gente nueua. Y asomado el capitán y Marina, yntérpetre yndia que traían las naos, la que dieron y presentaron al capitán Don Fernando [?] Cortés con otras yndias en Potonchan, la que tenemos arriba hecha mençión de ella, como se berá, díxoles: "Benid acá. ¿De dónde soys naturales?" La rrespondieron, dixeron: "Señora, somos de la gran çiudad de Mexico Tenuchtitlan". Díxoles ella: "¿A qué benís por acá?" Dixéronla: "Señora y hija nra, a solo beeer a este señor que traéis con bos". Tornó a trar la Marina y habló al capitán. Luego tornó asomar la conpuerta, díxole: "¿Cómo que llama uro rrey y señor?" Dixeron: "Señora, llámase Monteçuma". Rreplicó ella, que dixo: "Pues ¿para qué os bió acá?" Rrespondieron los mexicanos, dixeron: "Quiere sauer a dónde ba o qué biaxe lleua el señor". Rrespondió ella, dixo: "Dize este dios uro (teutl) que solamente beer y bisitar al rrey Monteçuma". "Dexilde, hija y señora, que solamente le queremos beer y dar este pequeño presente "y que su silla y trono en que yo estoy es suyo, que lo tengo en tenençia y posesión"". Y luego desde allí le dieron los presentes de oro, plata, joyas, plumería traían para él y toda [156v] plumería. Luego fue rresçibido del capitán, fueron miradas de todos los que con él benían, españoles, y lo tomauan de mano en mano del uno al otro. Y luego le dixeron los mexicanos: "Señora, hija, tanbién traemos esta comida fresca para él y beuidas de muy buen cacao beua el dios". Y dixo: "La comida, dize el dios que él lo comerá si primero lo coméis de todo y de cada cosa, para lo bea". tonçes los mexicanos començaron de comer y beuer muy a su plazer de todo género de comidas y beuidas, y a esto estauan mirando todos los españoles como todos los tres naturales comían de todo género de comidas, beuida, frutas. Y luego, tras de ellos, comieron luego todos los españoles y les supo muy mucho de ber comida fresca tanto gusto les diese. Al cabo y a la postre les dixo: "Dezildes a estos nros hijos y hermanos que en rreconpensa deste rregalo que que le daré y ynbiaré que coman esta comida de camino". Y les dieron sendas semitas algo añexas. Y luego les dixo la Marina: "¿ les daré beuan, que no tengo otro rrefrixerio si no es un poco de bino con que me consuelo?" Y así, les dio bino y beuieron se binagraron. Dijéronle a la señora de la lengua se querían boluer con muestra a su rrey y señor Monteçuma, e preguntó que cómo se llamauaua el mensajero. Díxola: "Llamo, Tlilancalqui me llamo". Y díxoles que le besauan las mas todos al Monteçuma, que ellos boluerían dentro de ocho días, le yría a ber.